No credit
No credit es un fenómeno, en el sentido clásico de la palabra. Una experiencia sensorial que puede llegar a esconder una estructura no perceptible directamente por sus propios autores o por sus posibles espectadores. Es perfectamente factible que dicha estructura, idea o concepto no exista en absoluto y, en todo caso, serán los receptores quienes juzguen dicha cualidad. Pero el fenómeno no credit existe y sus creadores desean permanecer en el anonimato, en un intento de simular cualquier fenómeno natural cuyo sentido los espectadores deben experimentar por su cuenta y riesgo.
No credit no responde a ningún formato audiovisual establecido. No es una serie ni, por supuesto, una película. No tiene principio, nudo ni final. Lo más semejante al formato de no credit podrían ser las tiras, en general cómicas, de la prensa escrita diaria. Las características de caducidad y consumo inmediatos son inherentes al fenómeno no credit, y no solo en un sentido estrictamente formal, sino también en su posible significado.
La elaboración de cada pieza se lleva a cabo en una sola jornada. A la vez, su prolongación sucesiva puede ser infinita, al estar sus historias imbricadas a causa de los personajes pero alejadas por años luz en cuanto a argumentos.
Tanto la ausencia de protagonismos como de medios son consecuencia de su nombre, cuyo origen se desconoce.
Gracias a:
Adrià Lorente – Albert Brasó – Albert Cucurella – Albert Royo – Andreu Rabal – Alex Brendemühl – Alex Ferré – Capa – Carlos Pericás – Colectivo Bajel – Costume – Eduardo Díaz – El Ranchito – Factoría Heliográfica – Fèlix Bonnin – Germán Cañellas – Guillermo Orbe – Joan Bosch – Joan Saura – Jordi Royo – Juli Rabal – Lalo García – Lastcrit – Lidia Roure – Lola Martínez de la Pera – Luis Blanco – Manel Frasquiel – Manolo Quirós – Marga Domingo – Mar Josa – Martí Llorens – Mercurio Sobocki – Moncho Sánchez-Gómez – Nacho Codinach – Nacho Rodado – Nao Cinematogràfica – Nona Permanyer – Pablo González – Pascale Bunink – Polart Digital Sound – Rafel Forga – Raimon Lorda – Raimon Rifé – Rebecca Mutell – Sadilsa – Tallers 22 – Toni González – Txell Sabartés – Víctor Cuadros – Voodoo Productions – Wetplatewagon.
www.nocredit.es
NO CREDIT
Al principio de “El malestar en la Cultura”, Freud recuerda que el sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo, desde el mundo exterior y, no menos importante, desde las relaciones con otros seres humanos. Y a continuación escribe: “No nos extrañe pues que, bajo la presión de tales posibilidades de sufrimiento, el hombre suela rebajar sus pretensiones de felicidad […] y se estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimiento; que, en general, la finalidad de evitar el sufrimiento relegue a un segundo plano la de lograr el placer.”
Esa angustia ante las posibles desgracias de la vida la convierte a veces en un absurdo de ansiedad y aburrimiento. Y algo de ese absurdo es lo que intentan reflejar las piezas de no credit. Son cápsulas de ficción, muy breves, filmadas siempre en blanco y negro con gran sobriedad y dirigidas según las convenciones del diálogo filmado. No es difícil adivinar que los integrantes del colectivo provienen del cine de ficción, en el que han trabajado profesionalmente. Citan a Jarmush y al primer Lynch como referentes iniciales del proyecto. El sonido de las guitarras de la música mínima que acompaña todas las piezas recuerda a las que acompañan al personaje de Laura Palmer. Y comparten con Tarantino el gusto por los trajes negros y las pistolas.
Dicen que el grupo nació de las ganas de contar historias de ficción sin los costes del cine comercial. Los avances de la técnica y los medios de que hoy disponemos lo hacen posible; es lo que llaman democratización del mundo audiovisual. Así, no credit empezó a producir una suerte de historias mínimas (como Javier Tomeo, con quien comparten el gusto por el absurdo, llamó a las suyas), o tiras audiovisuales, como las llaman ellos acertadamente. Estas piezas representan una búsqueda de libertad en el formato y renegar de las obligaciones que aún exige el mundo audiovisual comercial, aunque en esa lucha se esté consiguiendo algún progreso… siempre insuficiente a nuestro parecer. Los guiones están escritos especialmente para los actores que interpretarán las películas.
Los temas de no credit son: las miserias del cuerpo, la muerte, la soledad, el sentimiento de culpa, el suicidio, el trabajo (o mejor dicho, los negocios), la competencia, el insulto… En una de las obras, utilizan la pesca como metáfora de la espera absurda, de una vida que no es vida. Otra me recordó un dicho francés que afirma que con los años el corazón se nos va pasando a la derecha. Aunque no hace mucho, en el Museo de Anatomía de la Facultad de Medicina de Madrid, aprendí que no se puede vivir (o es muy difícil) con el corazón a la derecha, a no ser que se tengan invertidos todos los demás órganos.
A veces se trata de diálogos de sordos, de personajes encerrados en un egoísmo que, a pesar de resultarnos familiar, no deja de ser inquietante. Diálogos que parecen monólogos a dos bandas en un ambiente claustrofóbico. Diálogos de individuos que quizá se arrepienten demasiado tarde de haber elegido una vida gris y aburrida en lugar de una llena de pasiones y aventuras, de posibles sobresaltos y disgustos.
Félix Pérez-Hita (realizador y crítico cultural)