Xiana Gómez-Díaz
Xiana Gómez-Díaz (Lugo, 1982). Realizadora y artista visual. Co-fundadora de la productora Walkie Talkie Films (2008), especializada en cine documental de autor y vídeo experimental.
Es doctora en Comunicación Audiovisual (UAB), licenciada en CC Audiovisual (UAB) y Periodismo (Southampton S.U.). Creadora y productora musical (Ta!, The Adaptation Dance).
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Trabajo como realizadora e investigadora. También hago música. Todo de forma amateur. Trato de emprender proyectos artísticos con una base de investigación.
Mis trabajos audiovisuales se podrían dividir quizá entre los que buscan la evasión y los que buscan el cambio social. La mayoría se incluye en la primera categoría: películas y clips que produzco por necesidad, hábito, amor, y que suelen partir de una observación mística de cualquier cosa. Tiendo a ver la naturaleza como un personaje y a la sociedad como un paisaje.
Con respecto a mis trabajos más humanísticos/sociales, últimamente estoy trabajando acerca del relato íntimo, la identidad y el significado y construcción del género. Todos estos temas se unen en Proyecto Diario, una investigación artística sobre la cultura del dormitorio adolescente en la que trabajo desde finales de 2013.
Como creadora, me interesa esencialmente la búsqueda y la producción. Mostrar las obras solo es inevitable cuando se trata de un trabajo político.
Xiana Gómez-Díaz
Como un paréntesis y un remanso de paz en las agitadas vidas de todos los que (sobre)vivimos en ciudades más o menos grandes, la obra de Xiana Gómez Díaz se acerca de modo pertinaz a esa naturaleza primigenia que tan a menudo solemos perder de vista. Es una obra que nos permite observar los movimientos de las nubes o las corrientes de agua (Encounters with entities I), disfrutar del hecho de aproximarse a la naturaleza sin otro propósito que el del mero disfrute, recuperar esa mirada que tuvimos durante nuestra infancia pero que en algún momento perdimos, y ese afán por descubrir todo lo nuevo sin tener que cargar con el lastre de lo aprendido en el pasado. Y ser capaces de recobrar la capacidad de fascinación: por extraños insectos (Encounters with entities II), por un frondoso bosque (Encounters with entities III), por dos gallinas que picotean en el campo (Dúas pitas, 2009); por cualquier cosa que en otras condiciones probablemente nos pasaría inadvertida. En Sotobosque (2016), por ejemplo, nos enfrentamos a la observación analítica de una babosa. La sucesión de primeros planos del animal produce una constante sensación de extrañeza, los cortes en negro interrumpen la imagen, las elipsis confirman el paso del tiempo, evidenciado por las variaciones de la luz. Liberados de la voz en off que impera en los documentales de naturaleza, solo nos queda observar con interés y recuperar ese vínculo con la naturaleza que con frecuencia olvidamos.
Como si se tratase de un videodiario, parco en palabras pero desbordante de imágenes, Vacacións (2013) recoge escenas (algunas de ellas mostradas en la serie Encounters with entities) de unas posibles vacaciones, en las que el ser humano se libera de sus presiones habituales y se acerca a la naturaleza, disfrutando de la libertad propia de los días de holganza. Ese período vacacional que nos remite a la infancia, las noches al aire libre, los juegos en el campo, los viajes en barco, las tormentas de verano y los pícnics en familia. Esas vacaciones que nos dan el tiempo suficiente para ojear un viejo álbum de fotos familiar, para observar detenidamente a las personas desde la distancia. Sin prisa alguna, sin finalidad concreta; fijándonos en los gestos, en los rostros, en los movimientos, en la manera de comunicarse. Como en Dúas pitas, donde lo que parece una trivial conversación entre una abuela y su nieta mientras observan a un par de gallinas en el campo, deviene una interesante reflexión sobre los lazos familiares, la comunicación intergeneracional o las diferencias entre la vida rural y la urbana. O en Mira para aquí un momento (2015), en la que un padre realiza un videoretrato de su hija preadolescente y le indica los gestos y movimientos que debe hacer ante la cámara, con el fin de retratar a la hija que querría, pero no a la que tiene.
Este mismo interés en observar el comportamiento humano y los vínculos que se establecen entre las personas se refleja también en While it spins (2014), donde unos niños juegan y dan volteretas en una atracción de feria.
Y si en estas obras Xiana Gómez realiza un retrato de la infancia y de la preadolescencia, un tema mucho más silenciado como es el de la prostitución femenina se convierte en el núcleo central de Carretera de una sola dirección (2016). La película realiza un recorrido por los prostíbulos de carretera de Navarra. Se detiene ante estos edificios y los observa minuciosamente, tanto de día como de noche, creando en el espectador la sensación de que las fachadas cambian y de que el edificio se transforma completamente al ponerse el sol.
Marla Jacarilla (artista visual y escritora)