Terrorismo de autor
Terrorismo de autor es un colectivo anónimo-delirante nacido en el 2012. A través de piezas audiovisuales de carácter político y social, se proponen protagonizar en la actualidad un remake estético e ideológico del Mayo del 68 francés. Combinando humor, viralidad, performance y Nouvelle Vague, plantean una acción revolucionaria que no es ni violenta ni pacífica, sino creativa.
Terrorismo de autor: los artistas de todo a 1 euro es una pieza exclusiva de Terrorismo de autor para “Pantalla CCCB: un mes, un artista”. La pieza incluye algunos de sus trabajos realizados hasta el momento: #Ocupaeldinero, Los cuatrocientos golpes, Le jour et la nuit, Recortes reales, Educación para la ciudadanía, Freudlán, el neoedipo y VHS Haikiu.
«No tenemos otra salida más que delirar nuestra identidad junto con la historia. Excluidos del juego social, retornamos de manera alucinada: ¡Somos el Comité de Salvación Pública! ¡Somos el Chavo del 8! ¡Somos Pier Paolo Pasolini! ¡Somos Buenaventura Durruti! ¡Somos Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón! Política psicosis para estos tiempos de denegación. Un chino dijo: “La acción no debe ser una reacción, sino una creación”. Por eso mismo precarizamos nuestras imágenes, ya de por sí precarias. Ante la urgencia del presente, confrontar imágenes que antepongan la necesidad, el deseo y la toma de posición ante los cantos de sirena del espectáculo, la vanidad y el entretenimiento, así como ante las condiciones de precariedad y explotación en las que estas se producen.»
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Terrorismo de Autor podría haber sido uno de los grupos invitados por Influencers, festival cuyo codirector, Bani Brusadin, definía hace poco como “un contenedor de experimentos” realizados por individuos o colectivos llamados contraculturales o de guerrilla; un conjunto de estrategias críticas en que caben desde acciones muy políticamente conscientes y articuladas hasta proyectos que simplemente quieren participar de la confusión que propicia la red.
Los integrantes de TdA han querido aprovechar la invitación del CCCB para hacer un popurrí de algunos de sus trabajos anteriores, montándolos en una pieza integradora con cierto ánimo “trolero” (de “trol”, no de “trola”, mentira). Me parece bien que subrayen la precariedad (y la opacidad) del mundo laboral cultural. Dada la fiabilidad que han demostrado muchas instituciones en los últimos años, toda desconfianza es poca y todavía hay que trabajar mucho en pro de la transparencia deseable, como diría, sospechosamente, cualquier político corrupto. Sin embargo, comparándolo con lo que me han pagado a mí últimamente por ahí, creo que la inclusión de su trabajo en Pantalla CCCB no está tan mal pagada (aunque parece que han olvidado dividir el euro por el número de integrantes del grupo).
No me parece muy afortunada la expresión “publicidad sin cliente”, que los de TdA utilizan incluso para charlas teóricas. Quizá sea por mi especial aversión a la publicidad. Si se presenta como publicidad o propaganda, hasta la verdad se convierte en mentira. Muchos realizadores de publicidad y videoclips de los caros también son admiradores desacomplejados de la Nouvelle Vague, aunque menos irónicos que TdA. Esos realizadores sí que cobran mucha pasta por sus trabajos, pero recordemos que allí donde hay dinero hay violencia, y que donde más dinero hay es donde más violencia se respira. ¿Estamos dispuestos a aguantar las servidumbres y estupideces a que obliga el sacrosanto negocio de la publicidad? Incluso trabajando por placer y diversión, la marca TdA no puede dejar de ser cliente de los TdA publicistas. Piensen también que el CCCB, en cierto sentido, hace publicidad de sí mismo al invitar a TdA a la pantalla de plasma del confortable Archivo Xcèntric.
Se habla hoy a menudo de la (poca) salud de las instituciones y los medios públicos. ¿En qué consistiría una televisión abierta como la que soñaba el gran Jaime Davidovich, capaz de divulgar seriamente el pensamiento, las artes y la crítica al sistema? El CCCB forma parte del sistema, pero, al igual que otras instituciones, tiene grietas por las que se introducen visiones antagónicas, como de contrabando. La mejor institución sería, quizá, la que más grietas tuviera, la que permitiera que se filtraran más críticas dirigidas contra ella misma. En este sentido recomiendo un breve vídeo en castellano de John Holloway titulado No existe la pureza revolucionaria, pureza de la que se ríen los TdA mezclando a Marx, por ejemplo, con Froilán de Todos los Santos en sus caretas. No debemos escandalizarnos demasiado por el ánimo transgresor de estos jocosos vídeos. Algunas de las irreverencias que se pueden ver aquí me recuerdan cosas de la comercial serie británica Double take (Channel 4), de Alison Jackson, claro que en Gran Bretaña nos llevan bastante ventaja en estas cosas.
El humor crítico de TdA juega también con la cinefilia y la erudición a la que tanto contribuyó la Nouvelle Vague con su manía de citar, manía que ellos comparten, siempre sobre un fondo de ironía. “Queremos delirar”, declaran en la entrevista. Resulta raro decir que se quiere hacer algo que significa “desvariar, tener perturbada la razón por una enfermedad o una pasión violenta, decir o hacer despropósitos o disparates”; principalmente porque esas son cosas que se hacen sin querer. También dicen seguir lo que llaman, a la situacionista, una “deriva niño”, que podría cuadrar con lo de los despropósitos, disparates y reiteración de pensamientos absurdos que contiene la definición de delirio. Aunque la referencia a lo infantil podría aludir a la mirada todavía poco viciada de los niños, capaz de ver cosas que los adultos ya no vemos. Rafael S. Ferlosio, en su pecio titulado La contracultura, escribe: «El niño que osó decir “El emperador está desnudo”, ¡ay!, acaso también estaba pagado por el propio emperador ». Así es, la integración de la protesta es quizá la forma más progresada de censura de las democracias actuales. Como dice Holloway en el vídeo que les recomendaba más arriba: “Estamos en un mundo antagónico, en una situación contradictoria.”
Félix Pérez-Hita (Realizador y crítico cultural)