Michel Goossens
Michel Goossens es un biólogo holandés que ha viajado por todo el mundo. Antes de asentarse en Barcelona, vivió en Australia y en Canadá.
A pesar de su temprano interés por el cine, de ser un ávido coleccionista de películas y de trabajar en cines de su localidad natal, Michel no empezó a crear películas hasta 2003, cuando el material digital se hizo más accesible.
Paralelamente a la realización de películas, Michel ha participado en varios programas certificados en Canadá, Portugal y Londres, que le han ayudado a desarrollar sus habilidades como cineasta.
Su trabajo es una combinación de películas narrativas y conceptuales, y muestra la influencia de su bagaje científico, con una tendencia a deconstruir y visualizar los temas con sus elementos separados, lo que da lugar a un estilo cinematográfico abstracto.
Algunos de sus trabajos han sido presentados en el circuito de festivales de cine; entre ellos cabe destacar el premiado cortometraje narrativo Exit, que ha participado en numerosos festivales de todo el mundo.
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Michel Goossens
Podemos percibir en la obra de Michel Goossens, al igual que en la de otros artistas como James Benning o Reynold Reynolds, una clara influencia de su bagaje científico. En vídeos como Cloud Tank, Watching Smoke o Watching Water, comprobamos como Goossens observa de un modo analítico los patrones que se repiten en la naturaleza o la complejidad de los fenómenos atmosféricos. Pero a diferencia de Benning, que según palabras propias “nunca estuvo interesado en crear historias”, Goossens se posiciona a medio camino entre la narración y la experimentación, demostrando que la narración puede ser experimental y que la experimentación puede ser narrativa. Mientras en obras como las anteriormente citadas, la atenta observación del movimiento repetitivo y perpetuo de la naturaleza conduce al espectador a un estado profundo de concentración cercano de algún modo a la hipnosis, en otras como Exit, Grief o Ego, la fascinación y curiosidad de Goossens por el funcionamiento de la intrincada psique humana obliga a dicho espectador a plantearse ciertas cuestiones. ¿Quiénes son estos personajes protagonistas? ¿Cuál es su pasado? ¿Y su presente? ¿Por qué actúan del modo en que lo hacen?
Ambos posicionamientos (tanto la observación analítica de la naturaleza como la presentación de una trama de ficción y unos personajes de los que poco o nada sabemos) pretenden –y logran– que el espectador se cuestione la percepción de la realidad, con un nuevo modo de mirar y de escuchar.
Desdibujando las barreras que Bill Nichols establecía al definir los modelos de representación en el documental (poético, expositivo, observacional, participativo, reflexivo y performativo), Goossens opta por un acercamiento impuro al género, favoreciendo el predominio de unas u otras características en momentos concretos. En Wheel, por ejemplo, el director fija su mirada en algo tan aparentemente banal como una noria de feria. Se intercalan el punto de vista del usuario de la noria y el del espectador, y observamos la noria tanto desde el suelo como desde el cielo. Goossens, seducido por el funcionamiento de este mastodonte mecánico, lo analiza con curiosidad científica, relegando en este caso a los seres humanos al papel de meros extras.
Pero como decíamos, la ficción no es en absoluto ajena a los intereses de Goossens. De hecho, gran parte de sus trabajos se sitúan dentro de este ámbito. En Exit, una mujer llamada Kate despierta, desorientada, en la cama de un hospital. Allí, un desconocido le explica que ha fallecido y que debe asumir su propia muerte. Este es el punto de partida para una narración que, en clave de ciencia ficción dramática, plantea una reflexión sobre la complejidad de la identidad humana, la querencia a la vida o la dificultad que supone superar los traumas. Cuenta Goossens en la presentación del cortometraje en el Philip K Dick European Film Festival, que el origen del mismo es un artículo científico sobre la vida después de la muerte, escrito hace algunos años por un famoso cardiólogo. Aparecen de nuevo aquí los interrogantes, la mirada analítica y el interés por la ciencia; combinados eso sí, con la creación de una ficción dramática que, en esta ocasión, aleja a su director del género documental y que plantea una trama argumental que fomenta el cuestionamiento de la(s) realidad(es) por parte del espectador.
Otros ejemplos de acercamiento a la ficción por parte de Goossens son Ego y Grief, dos obras que podrían componer una suerte de díptico (mismo año de realización, misma actriz, misma duración aproximada) sobre el enfrentamiento. El enfrentamiento con nuestras diversas personalidades y la pugna mantenida entre ellas. El enfrentamiento con nuestro pasado y el inevitable encuentro con la dicotomía: ¿enterrar los recuerdos para intentar olvidarlos o asumirlos como parte inherente de nuestro ser?
Marla Jacarilla (Artista visual y escritora: www.marlajacarilla.es)